miércoles, 31 de octubre de 2012

Las rabietas de los niñ@s: cómo manejarlas.

Estamos en el supermercado con nuestro hijo/a, ya casi hemos terminado pero al pasar por la sección de golosinas, a nuestro hijo/a se le antoja una bolsa de caramelos. Le decimos que no puede comer tantas chucherías y que no podemos comprarle esa bolsa, con lo que él/ella acude a una conducta clara, rápida y precisa: La rabieta para llamar la atención.

Intentas no hacerle caso, pero la situación sólo hace que empeorar, la gente te mira, tu hijo/a llora, te pones nervioso/a...y al final cedes y le compras la bolsa de caramelos para que la situación acabe cuanto antes. ¿Cuántas veces no nos ha pasado esto...?


Estas rabietas están motivadas por el deseo de conseguir algo y llamar la atención. Los niños pequeños pueden tener rabietas para salirse con la suya, tal vez quieran irse contigo cuando te vas, cuando quieren chuches o cuando quieren algo que no pueden coseguir o hacer, como salir a jugar cuando hay que hacer los deberes.

Es una etapa pasajera en la que con el tiempo las rabietas se irán mitigando y espaciando cada vez más. Hay que recordar que los pequeños todavía no controlan sus propias emociones y que tampoco conocen aún la inhibición, así que la toman con los berrinches.

Cuando son aún pequeños les resulta complicado comprender que no pueden tener siempre lo que quieren, por mucho que intentemos explicárselo, por lo que cuando descubren el poder inigualable de las rabietas, es su fórmula ideal para todo.

Estas rabietas disminuirán cuando vean que no tienen efectos sobre sus  padres y cuando puedan expresar bien con palabras lo que piensan y sienten.

En estas situaciones el niño/a puede gemir, llorar, tirarse al suelo, patalear o responder con cierta violencia. Además estas conductas son mantenidas debido al refuerzo más potente que existe: el refuerzo Intermitente, no todas las conductas son reforzadas y no siempre. (En este caso sería darle la bolsa de caramelos en el super)

Durante la rabieta, y mejor aún, antes de que se inicie, lo más adecuado es acercarnos y decirle "veo que estás muy enfadado, cuando te calmes y quieras hablar házmelo saber", e ignorar por completo la situación. Por mucho que la gente mire o la verguenza que pueda estar pasando, hay que pensar que estamos haciendo lo mejor para nuestro hijo/a.

Es esencial mantenerse firme, es la estrategía más eficaz en estos casos, y aunque resulte complicado, es importante que el padre/madre se crea que controla la situación.

Recuerda que la rabieta llega a un punto máximo y luego baja, hasta que el niño/a recupera de nuevo el control. Llegado a este punto es crucial que hablemos con una actitud amistosa y tratemos de normalizar las cosas. No podemos permanecer enfadados con ellos eternamente.

Pero la mejor forma de luchar contra las rabietas es intentar que no aparezcan, y para ello lo mejor es poder anticiparse. En el ejemplo anterior del supermercado, hay que dejar todo claro antes de entrar: avanzarle que solo se va a comprar lo que se necesita en casa, y nada más. Además, es muy bueno compartir con el/ella la lista de la compra y entre ambos coger las cosas que vais a comprar, así esatará entretenido/a y se sentirá partícipe y útil.


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